IDENTIFICACION DEL MALTRATO ANIMAL
El maltrato a los animales comprende una gama de comportamientos que
causan dolor innecesario, sufrimiento o estrés al animal, que van desde la
negligencia en los cuidados básicos hasta el asesinato malicioso e
intencionado. Cada año, un elevado número de animales son víctimas de
maltratos indirectos (negligencia en los cuidados básicos: omisión en la
provisión de refugio, alimentación y/o atención veterinaria adecuada) o de
maltratos directos (omisión intencional de proporcionar los cuidados básicos
o tortura, mutilación o asesinato malicioso del animal). El mencionado
abuso es un problema social de grandes dimensiones que no solo afecta a
aquellos animales víctimas de esta violencia sino a todos los miembros de
nuestra sociedad.
En primer lugar, sus víctimas son seres sensibles capaces de experimentar
dolor, sufrimiento y estrés. La ansiedad es una causa importante
generadora de dolor, estrés y por lo tanto, de sufrimiento. En este sentido,
Gray proporciono un fuerte argumento a favor de la existente similitud
entre la ansiedad en humanos y en animales. Los resultados obtenidos en
sus estudios de distintas drogas indican que un estado emocional, análogo a
la ansiedad humana, ocurre también en los mamíferos.
En segundo lugar, la condición de inferioridad que poseen los animales en
nuestra sociedad, nos hace aun más responsables de su bienestar. Según
Aristóteles, el universo está dispuesto de acuerdo a una jerarquía racional.
Aquellos seres racionales –los hombres- ocupan los niveles superiores en la
jerarquía y, por lo tanto, tienen el derecho de reinar sobre los seres que se
encuentran por debajo de ellos. A pesar de que las distintas partes de la
jerarquía del universo son desiguales, todas y cada una de ellas son
esenciales para el adecuado funcionamiento del universo. El perjuicio de
una parte de la acarrea consigo consecuencias negativas para el todo. Por
lo tanto, la supremacía del hombre trae aparejada una obligación, una
responsabilidad, que es la de cumplir con la función de guardián de las
especies inferiores a él. Esta línea de pensamiento propone que los
animales no son iguales que los hombres y, por lo tanto, no deben ser
tratados como tales. Sin embargo, esto de ninguna manera implica que el
hombre tiene derecho a maltratar a los animales, sino que debe cumplir su
función de guardián a fin de que todas las partes de la jerarquía del
universo coexistan libres de males. Por lo tanto, aun la teoría más
tradicional que sostiene la supremacía del hombre sobre los animales,
requiere la provisión de un trato adecuado y humanitario hacia ellos.
En tercer lugar, la literatura psicológica, sociológica y criminológica ha estado
analizando la idea de que el maltrato a los animales está íntimamente
vinculado a la violencia interpersonal. Según estos estudios, que se vienen
realizando desde hace más de treinta años, la gran mayoría de los
abusadores comparten una historia de castigo parental brutal y rechazo,
crueldad hacia los animales y violencia contra personas.
El psiquiatra Alan Felthous, junto con otros colegas, ha identificado una
tríada constituida por el abuso físico por parte de los padres, crueldad hacia
los animales, y violencia hacia las personas. En gran parte, los estudios
basados en el abuso animal y criminología adulta, muestran que las
primeras instancias de crueldad hacia los animales tienen lugar temprano
en la vida del abusador.
Según la antropóloga, Margaret Mead (1964), “Una de las cosas más
peligrosas que le puede pasar a un niño es matar o torturar a un animal y
salirse con la suya.” Casi todos los niños atraviesan una etapa de crueldad
“inocente”, en la cual pueden lastimar insectos u otros animales pequeños
en el proceso de explorar el mundo y descubrir sus habilidades. La mayoría
de los niños, sin embargo, con la guía adecuada de los padres y maestros,
se tornan sensibles al hecho de que los animales pueden sentir dolor y
sufrir. Algunos, sin embargo, parecen quedarse encerrados en un patrón de
crueldad que generalmente va escalando con la edad y se manifiesta en la
madurez en la forma de violencia hacia las personas.
Debido a que el maltrato hacia los animales constituye un aviso sobre la
posible existencia de otras formas de violencia y que maltratar a seres
capaces de experimentar dolor y estrés es inaceptable en una sociedad
civilizada, nos proponemos analizar el problema de la crueldad hacia los
animales y su vinculación con la violencia interpersonal. Este estudio tiene
dos objetos específicos para los cuales se realizaron dos investigaciones
distintas. El primer objetivo pretende caracterizar la crueldad hacia los
animales, identificando quienes son las víctimas más comunes, los
ofensores y qué tipo de crueldades se cometen a fin de determinar
tendencias o factores que podrían contribuir a este tipo de violencia. El
segundo objetivo es analizar el posible vínculo existente entre la crueldad a
los animales y otros tipos de violencia interpersonal.
Otro estudio realizado en casas de acogida de mujeres maltratadas y en
mujeres que tenían animales de compañía, mencionan en un 77% de los
casos que su agresor también maltrataba a los animales y lo que es más
doloroso, en un 32% sus hijos también les habían causado daños (Ascione,
1998).
En otra investigación se mostró que los delincuentes violentos encarcelados
en una prisión de máxima seguridad habían realizado en su infancia mas
actos violentos frente a los animales que otros delincuentes no violentos
(Merz-Pérez, Heide, & Silverman, 2001).
Otro aspecto novedoso es la correlación existente entre el maltrato animal y
la situación de exclusión social en determinados individuos, como son las
personas con el Síndrome de Diógenes y/o el atesoramiento de animales.
Estas evidencias científicas mencionan en todos los casos la importancia del
veterinario en la detección precoz de estos signos, así como elemento
asesor capaz de dar soluciones imaginativas a este problema.
Diversas organizaciones ofrecen amplia documentación sobre la relación de
maltrato animal y violencia domestica:
www.tufts.edu/vet/cfa/hoarding/
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