Desde el punto de vista biológico los gatos son, en general, animales solitarios y territoriales. Así, cualquier cambio que afecte a su entorno, puede ser causa e estrés.
Una mudanza, obras en el domicilio, la llegada de un nuevo miembro a la familia (p.e un bebé, un perro, un gato), el simple hecho de convivir con otros gatos en un espacio reducido y la visita al veterinario, son algunas de las situaciones más comunes en las que un gato puede manifestar estrés.
Nuestros gatos no pueden comunicarnos verbalmente como se sienten. Sin embargo los cambios en su comportamiento pueden indicarnos que algo sucede.
Un gato puede manifestar estrés de formas muy diferentes y unas son más fáciles de reconocer que otras. Además, las manifestaciones más visibles de estrés pueden variar mucho de un animal a otro, tanto en su naturaleza como en su intensidad.
- Disminucion de la actividad general.
- Disminución del apetito.
- Disminución del juego.
- Aumento o disminución de la conducta de grooming (acicalamiento)
- Aumento de la agresividad.
- Aumento de las vocalizaciones (maullidos)
- Marcaje con orina.
En primer lugar deberíamos tratar de descubrir la causa de estrés de no poder ser eliminada por completo, al menos debería tratar de reducirse su impacto sobre el gato. En caso de que su gato padezca un problema de estrés consulte a su veterinario.
Un entorno estable y acondicioneado para cubrir sus necesidades ayudará a mejorar el bienestar de su gato. Los primeros meses son decisivos. Desde la primera visita al veterinario solicite su consejo sobre como educar a su gato y cómo prevenir problemas de comportamiento.
Recomendaciones generales:
- Permitir al gato acceder a zonas elevadas y lugares donde pueda esconderse.
- Promover el juego con bolas de papel o juguetes diseñados para gatos.
- Esconder comida en ciertos lugares para potenciar la conducta exploratoria del gato.
- Evitar en la medida de lo posible cambios en el entorno. Si no puede evitarse, es muy importante que dichos cambios se realicen de forma progresiva.
- Eliminar cualquier forma de castigo.
- No forzar la interacción con el gato. Debe ser siempre el gato el que decida el grado de contacto que desea mantener con las personas.
- En relación con la alimentación, es preferible que el gato tenga alimento varias veces al día.
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